Es de madrugada y yo aun sigo encadenada al monitor de mi PC; mientras tengo secuestrada en un pincel, la idea de una ilustración.
Comienzan los perros a ladrar, con frenesís y desesperación, como todas las noches. Aunque en esta ocasión me inquieta un tanto, al tiempo que la temperatura del cuarto comienza a descender.
Odio mi vista periférica, pues de reojo veo sombras que más que asustar, me son incomodas.
Mi brazo derecho se enfría por completo, con una sensación similar a la presencia de una persona ó por lo menos algo similar.
Los perros dejan de ladrar por un momento, y todo se vuelve silencio abrumador, salvo por el sonido de mis audios.
Me sonrió y solo me digo...
-Aún soy parte de este mundo físico, no me vengan a molestar y sean paciente, regresaré a casa, lo prometo....
La sensación de frío empieza a desaparece al tiempo que se escuchan ruidos por la casa.
Los perros ladran nuevamente, en un frenesí de miedo....
El calor de la habitación regresa.
Curiosamente, el ladrido de los perros se va alejando, cada vez más distante hasta perderse a lo lejos.
Por hoy ha sido todo.
Hasta mañana, los perros ladraran una vez más...
Solo espero no sea a mi....
(Ilustraciones propiedad de sus respectivo autor)
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